Desde que la Organización Mundial de la Salud nos alertó sobre la crisis sanitaria mundial que se avecinaba, como Humanidad comenzamos a cambiar a pasos agigantados. Unos cambios buenos, otros no tanto, pero todos ellos encaminados a modificar nuestro modo de pensar y actuar, porque entendimos que todo lo que conocíamos ya es pasado y, de repente, nos encontramos en un mundo completamente nuevo.
Conviene subrayar que en este siglo XXI el motor de cambio se ha reconocido de distintas maneras, unas más generales y otras más específicas, tales como la transformación digital , el futuro digital , la era digital o la era del acceso . Pero en todas esas transformaciones hay varios denominadores comunes como son las Tecnologías de la Información y la Comunicación, el Internet, los datos y la Web.
En la transformación digital se hace referencia a la reinvención de las operaciones de los negocios a través de la explotación de las tecnologías de la información y las facilidades que se otorgan en la cadena laboral por medio de la colaboración. Mientras que en el futuro digital se señalan que los cambios en la clase media, el trabajo y educación han mejorado continuamente nuestro acceso a la información, las capacidades para conectarnos entre nosotros y las nuevas capacidades para concebir e implementar soluciones. En tanto que en la Era del acceso se dice que "en el siglo XXI las ideas serán los objetos con los que comercien las instituciones, y las personas comprarán cada vez más acceso a esas ideas y a las formas físicas en las que se encaramen esas ideas. La habilidad para controlar y vender pensamientos es la última expresión de las nuevas capacidades comerciales".
El cambio digital ha permitido la expansión de la información y potenciado la convivencia y comunicación tradicional. Hoy en día, por ejemplo, ya no se puede explicar y enseñar como en los tiempos en donde "Todo el conocimiento venía por la vía de la escuela. La enseñanza en general consistía en eso: en informar a los niños de las cosas que no sabía…” de modo que tampoco será posible, como lo refieren Browersox, Closs y Drayer seguir con el esquema de uno-a-uno o de uno-a-muchos o de muchos-a-uno porque la comunicación Web se sustenta en el principio de la conectividad simultánea de mucho-a-muchos.
En relación con el tema del Congreso Internacional sobre Metadatos 2022 los Metadatos Sociales: Iniciativas, Tecnologías, Aplicaciones y Software se puede decir que la IFLA en su texto sobre las cinco tendencias que cambiarán nuestro entorno digital, se estipulaba que la economía global de la información se transformaría por las nuevas tecnologías ya que para el 2020 habría más dispositivos móviles interconectados. Es decir cerca de 5 billones de aplicaciones e infraestructuras operando, de ahí que el “Internet de las cosas” se dirija a la explosión de los datos con mayores implicaciones para el presente y futuro inmediato de los servicios públicos y las decisiones políticas basadas en datos, así como los cambios experimentados en la privacidad de los datos.
Dicho lo anterior, los metadatos juegan un rol importante en el entorno digital y, particularmente, en el soporte que se debe dar a la finalidad de las bibliotecas digitales que es, proporcionar la localización y descubrimiento de los recursos de información tanto por los usuarios como por los bibliotecarios. Es decir, los metadatos son el auxiliar invisible que sirven a los usuarios para encontrar información.
Considerando lo anteriormente dicho, en teoría, la creación de los metadatos es un proceso continuo en el que se encuentran involucrado creadores, editores, bibliotecarios, usuarios, así como a los programadores y webmaster. De ahí que en los tiempos actuales se esté hablando de los metadatos enriquecidos o también referenciados como los metadatos socialmente construidos.
De ahí que el Congreso Internacional sobre Metadatos 2022 nos convoque a que observemos el desarrollo actual y futuro de los metadatos sociales, los cuales no están limitados solamente a las aplicaciónes populares de la Web 2.0 y la Biblioteca 2.0, sino que sus límites incluyen la falta de control de calidad en el etiquetado; la idiocincrasia y personalidad de las etiquetas (etiquetación social); la falta de estructuras jerárquicas en la terminología (folcsonomías); la participación del catalogador social profesional y empírico; la manera en que se construyen los metadatos influenciados por los contrastes socio-culturales como son el idioma, la educación, los contextos de las interacciones de uso y personales, entre otros asuntos más.
En conclusión, los metadatos socialmente construidos nos invitan a que sean estudiados y analizados tomando en cuenta las múltiples interpretaciones por parte de quienes usan los recursos de información a través de los metadatos incorporados inicialmente por los expertos con el fin de crear nuevas oportunidades relacionadas con la implementación de plataformas sustentadas en la co-creación de los metadatos.